Una de las formas principales que tiene el ser humano para representar su mundo interior y su sensibilidad, es a través de las manifestaciones artísticas, especialmente a través de la pintura. Como dijo Leonardo Da Vinci "El pintor tiene el universo en su mente y en sus manos". Cada pintura refleja una pequeña parte significativa de los sentimientos y pasiones desenfrenadas de su autor, que quiere compartir e inmortalizar con la sociedad.

Alzhéimer y pintura

El artista William Utermohlen consiguió dejar uno de los legados pictóricos más curiosos. En 1995 a la edad de 61 años, fue diagnosticado con alzhéimer. Poco a poco esta enfermedad devoraba su creatividad y mente. Por ello fue plasmando ciertos autorretratos desde 1997 hasta 2002 en el que se visualiza la evolución y los diferentes efectos producidos de esta grave afección. Los primeros lienzos reflejan claramente los rasgos de este autor finlandés. Con el paso del tiempo se empezó a observar el deterior degenerativo producido por esta patología. Las formas y los colores empezaban a ser extraños, sin relación y perdiendo gran capacidad artística.

En uno de sus últimos retratos en 2002, realizado a lápiz por las dificultades de usar los pinceles y acuarelas. No se llega a reconocer, es una cara sin rostro, reflejando la pérdida total de las formas y de los colores. Es un dibujo que no tiene alma y se ve el esfuerzo del autor en recordar cómo debía de ser pero que el alzhéimer apaga como hace con la propia vida. En 2007 dejo finalmente de pintar a la edad de 73 años.

Su legado cultural es una representación muy importante, ya que refleja como esta enfermedad va borrando tus recuerdos y tu memoria hasta el punto de no reconocerte. Además, diferentes investigadores y científicos estudiaron estos grabados para analizar la proyección que puede tener esta enfermedad sobre diferentes pacientes, y como ataca a las diferentes funciones neuronales de nuestro cerebro.

Hablando en Plata» Salud

Más sobre este tema:

Cargando...